Georges Braque
Este fin de semana he tenido la oportunidad de visitar el Guggenheim de Bilbao. Hacía años que no iba, y francamente lo echaba de menos, tengo grandes recuerdos y maravillosas experiencias vividas entre las paredes diseñadas por Gehry.
Por desgracia sólo tenían un par de exposiciones. Algunas obras de la exposición permanente en la planta baja, y una exposición monográfica sobre Georges Braque. Francamente en un primer momento no me apeteció nada verla, al fin y al cabo es un autor que a estas alturas podríamos clasificar de clásico y yo tenía ganas de ver algo más moderno, pero al final me decidí por entrar y redescubrir la obra de uno de los pintores franceses más relevantes de todos los tiempos. La exposición es de primerísima categoría, como casi todo lo que se expone en el Guggenheim. La entrada es cara (11€ ya que una de las plantas, la tercera, estaba cerrada) pero en la línea de los grandes museos españoles. Por desgracia en el Guggenheim está prohibido hacer fotografías, algo que desde aquí no nos cansamos de criticar.
Braque y el Fauvismo
La exposición sobre Braque estaba fantásticamente bien organizada y diseñada, y mientras la iba recorriendo tenía cada vez más claro que era perfecta para escribir un artículo sobre ella. En 2013 se cumplían 50 años de la muerte del autor (1882-1963) y eso constituía una excusa perfecta para revisitarle. De familia de artistas, ya desde pequeño se entrenó en disciplinas pictóricas, y tuvo la oportunidad de conocer a grandes autores como Francis Picabia. Sus primeras obras son propias del aprendizaje, pero enseguida se siente poderosamente atraído por el fauvismo. Sus primeras obras relevantes dentro del estilo fauvista guardan grandes influencias de tres nombres propios: Derain, Matisse y Cezanne, este último por las formas toscas y duras, los dos primeros por el uso arbitrario del color y la separación del color.
Conocía las obras fauvistas de Braque por verlas en fotografías, pero nunca las había visto en directo. Lo primero que me llamó la atención es la potencia del color. Esto me desconcertó, ya que la imagen que uno se hace de las obras de Braque es de un uso obsesivo de tonos grises y ocres. Luego explicaremos por qué es así, pero en este punto el color era todo vida y potencia. Lo segundo que me llamó la atención, es que si alguien me hubiese preguntado, habría afirmado con una cierta seguridad que las obras eran de Derain.
Efectivamente ya aparecía el que para mí es el mayor defecto de Braque, y es que parece que sus obras siempre «respiran» demasiado el aroma de otros autores. Braque había elegido un lenguaje, el favista, y se expresaba a través de él, con unos resultados brillantes, sin duda, pero carentes de personalidad, carentes de autoría. Estamos hablando de obras de 1906 y 1907. En la exposición se podía ver una docena de estos cuadros.
1908: Nacimiento del cubismo
Sin embargo el momento más relevante de la vida de Braque fue conocer a Pablo Picasso, con el que compartía estudio de pintura en 1908. Parece una opinión razonablemente unánime la afirmación de que fue Picasso el primero que desarrolló trabajos cubistas, o proto-cubistas, entre las que destaca la importantísima obra las «Demoiselles d’Avignon» (1907).
Esta obra influiría notablemente en Braque, que empieza a investigar sobre esta nueva forma de entender la pintura. Recordemos que el fauvismo desestructura el color en la pintura. El color ya no representa, sino que se usa como elemento de comunicación, de fuerza. En esta etapa primigenia del cubismo, muy influenciado por la obra de Cezanne, se desestructura un elemento mucho más abstracto que el color o la línea. Se desestructura la perspectiva. Y esto es un «game-changer», esto lo cambia todo.
Las primeras obras cubistas, o proto-cubistas de Braque, tienen fecha de 1908, y son estudios de figura que recuerdan poderosamente el cuadro de Picasso de las Demoiselles d’Avignon. En este momento se crea un importante vínculo entre Picasso y Braque, y juntos comienzan a teorizar y a desarrollar el nuevo lenguaje que han inventado. Se abre ante ellos un universo de posibilidades y de opciones, y con mentalidad casi científica, comienzan a investigar y a avanzar paso a paso.
1909-1912: Cubismo analítico
El primer gran salto se produce entre los años 1907 y 1909. El avance es fulgurante, y pasamos de cuadros figurativos a obras casi abstractas. En esta fase se elimina prácticamente el color, ya que en este punto es una molestia. Las obras más relevantes y reconocidas de Braque son de esta época, por eso la asociación de ideas que hacemos de sus obras es de tonos apagados y grises. Simplemente en este punto lo relevante es la perspectiva y la desestructuración dimensional.
El color era un elemento que añadía demasiada complejidad en esta fase, de ahí que elija descartarlo. Las obras de guitarristas o los sempiternos motivos paisajísticos son meras excusas para investigar esta nueva forma de ver el mundo.
1912-1914: Cubismo sintético
La desestructuración de la perspectiva, de la forma e incluso del espacio tridimensional abre una nueva vía de investigación. Hasta este momento se había jugado con la línea principalmente, utilizando el color para dar volumen a las obras. Braque sin embargo ya había estado investigando con la introducción de texturas y otros recursos gráficos. Con el cubismo sintético se introducen en las obras elementos externos, cargados de significado. Así, comenzamos a encontrar elementos tipográficos, páginas de prensa, de diarios. Son además elementos propios de su época, lo que sugiere un elemento integrador entre la realidad cerrada de la obra y el mundo exterior, con la que comienza a comunicarse. Decía Braque que frente a los complejos juegos de perspectivas que existían en sus obras, las letras y números, al ser en sí mismos bidimensionales, no necesitaban plegarse al espacio, razón por la cual podían simplemente introducirse en la obra sin necesidad de ser distorsionados.
En esta época Picasso crea el primer Collage (1912) y Braque comienza a introducir también elementos externos directamente en la obra. Intelectualmente hablando, estamos viendo como además de convertir tres o más dimensiones en una realidad bidimensional en la obra, se busca añadir aún más dimensiones, integrando la realidad en las propias obras.
En 1914 un acontecimiento cambió la vida de Braque. Fue a la guerra con su país, donde recibió una herida que le dejaría ciego durante un largo tiempo. Este suceso cambiaría completamente su forma de entender la vida y el arte.
1916-1937: Desarrollo del lenguaje
Con el cubismo, Picasso y Braque habían abierto la puerta a una nueva forma de ver, hablando desde un punto de vista pictórico. Lo que habían hecho lo cambiaba todo. Las nuevas vanguardias habían explotado y multitud de artistas habían entrado en escena con un ansia voraz de andar el nuevo camino. Kandinsky y Paul Klee desarrollaban la abstracción más pura, Delaunay trabajaba las obras orfistas, Legger y su tubularismo comunicaban el mundo de lo social con el nuevo lenguaje. El valor de lo que habían hecho Picasso y Braque es infinito, ya que era un paso imprescindible para que todo lo demás ocurriera.
Cuando Braque retoma su labor artística ya recuperado de su importante herida en la guerra, lo hace con una actitud nueva hacia la pintura. Su gran aportación al mundo del arte ya había sido hecha, pero todavía quedaba mucho por investigar y por aportar. Así, comienza una larga trayectoria en la que desarrolla multitud de obras, sobre todo naturalezas muertas, en las que poco a poco va introduciendo elementos nuevos, como el color, o el estudio del contenido.
En 1931 realiza su famosa serie de grabados inspirados en la mitología «Vollard de la Teogonía». Incluso en 1933 comienza a desarrollar esculturas, de rasgos duros y toscos, ya que sigue apasionado en la forma. Adquiere gran fama y reconocimiento internacionales y exhibe sus obras en los principales museos y salas de exposiciones a nivel mundial.
Las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial
A partir de la década de los 40, la obra de Braque adquiere un tono mucho más oscuro. Tuvo que emigrar durante la guerra y esto, unido a los traumas sufridos durante la Primera Gran Guerra, hacen que Braque exprese mediante sus pinturas sus miedos y preocupaciones. De nuevo es fantástico ver en la muestra del Guggenheim el contraste entre las obras de esta época, y las obras precedentes. Así, encontramos colores más sobrios y oscuros, simbología de muerte, como calaveras, o elementos rotos y rasgados en sus cuadros. Personalmente esta es la parte de la exposición que más me llamó la atención.
Braque había conseguido en este punto que el cubismo fuese un lenguaje en sí mismo. Ya no era una fase de investigación. El autor se expresa ya con total sencillez a través de este nuevo lenguaje, utilizando sus valores específicos, como la fusión dimensional, a su favor, sin perder un ápice de capacidad comunicativa o expresiva. Es en este momento donde Braque ya es un autor totalmente maduro. Ya no tiene la frescura o la genialidad de sus épocas más tempranas, al contrario, es una persona con graves problemas de salud, con hondas preocupaciones sociales y personales, y ha desarrollado un estilo marcado y con una gran personalidad. Son obras sorprendentes. No particularmente impresionantes en lo técnico, o complejas, sino que simplemente son obras consumadas, obras que utilizan el lenguaje cubista de una forma madura y completa. Francamente siempre había visto el cubismo como un paso, una transición, y son estas las primeras obras que veo, junto con las obras más tardías de Picasso (como por ejemplo el Guernica, por supuesto) que realmente me hacen recuperar la fe en el cubismo, y por qué no decirlo, incluso me han picado un poco la curiosidad por probar a ver qué se siente al intentar «hablar» este lenguaje, con un pincel en la mano y un lienzo en blanco delante.
El declive
En sus obras más tardías Braque acabó alejándose del cubismo y volvió a un lenguaje pictórico mucho más sencillo, totalmente cromático y totalmente expresionista. Se trata de una serie de paisajes que realizó en su Francia natal, con forma de marinas. Todavía había ganas de crear y de investigar, claro, pero son cuadros de puro deleite pictórico.
Casi resultaba intrusivo ver unas obras que el autor claramente pintó por pura pasión de pintor. Sencilla y hermosas, transmitían una emoción difícil de explicar. Tras una vida entera investigando, con una obra intelectual y compleja como pocas, asistir al espectáculo de unas obras tan deliciosas y sencillas dejaba al espectador sin palabras. Tanto es así que recibieron excelentes críticas en su momento, y no fueron pocos los autores de la época que quedaron maravillados ante ellas.
Georges Braque murió en 1963, dejando tras de sí una labor artística que supuso un antes y un después en la historia del arte. Fue el primer artista vivo en exponer en el Museo del Louvre de París, y el reconocimiento a su labor artística es absoluto. Se trata de un autor eclipsado por la obra de Picasso, pero que merece la pena descubrir, sobre todo si se tiene la oportunidad de ver su obra de una forma global, y no quedarse sólo en las primeras obras cubistas, que si bien son las más relevantes, no son representativas de la vida interior del autor.
Una reflexión personal sobre Braque
Me resulta complejo explicar qué representa Braque para mí. Cuando estudias historia del arte se presenta siempre a Braque como un autor que convivió con Picasso, y se pone siempre sobre la mesa el eterno debate de quien inventó el cubismo. En mi opinión es un debate un tanto vacío, que sin duda será muy relevante para los coleccionistas, ya que tendrá un gran impacto en el valor económico de las obras.
Desde un punto de vista puramente artístico, yo creo que son autores diferentes, me explico. Veo a Picasso como un autor visceral, con un talento tremendo. Está claro que su obsesión y afán investigador le llevan constantemente a crear cosas nuevas, pero da la sensación de que enseguida las abandona para seguir creando cosas nuevas. Braque sin embargo es un autor más intelectual, más investigador, que dedica más tiempo a explorar las posibilidades del nuevo camino que han encontrado. Ya en sus primeras obras fauvistas se ve una cierta carencia de personalidad. Es como si quisiese dar un pasito más sobre las obras de Derain, un pasito que para él era muy importante dar, y que tal vez no entendiese por qué el mismo autor no había dado por sí mismo. Con el cubismo tengo la sensación de que ocurre lo mismo, de que él siente que aun hay nuevos caminos que recorrer y que alguien tiene que recorrerlos. Se trata de una aproximación exquisita, de un acercamiento al lenguaje cubista muy puro, hasta el punto de extraer todo el jugo, de conseguir un lenguaje puramente funcional, algo que tal vez Picasso no logró del todo.
Como autor global no está entre mis preferidos, ni siquiera de cerca, pero creo que es un autor tremendamente relevante y que cualquier aficionado al arte y a la pintura debería conocer su obra de forma global, y no ceñirse sólo a las confusas obras del cubismo analítico. Cuando lo ves como una persona, que se expresaba, que investigaba, es cuando realmente descubres al verdadero artista. Creo que entrar en comparaciones sólo nos sirve para perdernos lo esencial, y es en lo esencial donde reside la magia de Georges Braque.
En fin, lo dicho, si tenéis oportunidad de ver una buena retrospectiva de Braque, os invito a acercaros a verla sin prejuicios y sin entrar en comparaciones. ¡Creo que disfrutaréis con la experiencia!
3 Comentarios
Por fin otro post! Ya tenía ganas de más, fantástico post (como siempre por otro lado) me ha gustado poderosamente de el artículo la visión global del artista, me pasa con muchos pintores que me fascinan las épocas iniciales y tardías, por ejemplo con Miró me pasa…o con Kandinsky o Scharf…Pollock…
Siempre las encontré fascinantes y es que al comienzo el uso del lenguaje en cada uno de ellos es tan embrionario que es muy sencillo «ver» al autor (más que a la obra) y esa expresividad profunda de explorar de la ilusión y la huella humana es realmente fascinante…
Y las obras crepusculares pues también son fascinantes, me pasa con Basquiat que son las que más me gustan, con Warhol, los Haring …Monet también me gusta….siempre tengo la impresión de que llegan a un punto único, su lenguaje es tan depurado que cobra vida y como dices Faus se ven las huellas de sus heridas el alcohol, la guerra, el sida, la ceguera…es muy interesante porque suelen ser desafios vitales a las zozobras vitales una lucha en la que el artista no se da por vencido y a la vez nos enseña el final.de una aventura…
Me han gustado las obras iniciales y en el caso de Braque las últimas que no conocía lástima que no trabajase más el color por…
que me gusta mucho (la calavera está muy bien for example)…
Esta bien ver algo más que las fotos hiper reproducidas en todos.los.libros
DA GUSTO ESCAPAR DEL DIA A DIA Y VENIR AL CAFE ARTISTICO QUE SUPONE TU BLOG A DESAYUNAR…
SIEMPRE HAY UN CAFE DELICIOSO Y SE CONSIGUE DESCONECTAR CON UNA BUENA CONVERSACION….
UN SALUDO!!!!
(MI MOVIL SE HA REVELADO Y SOLO ESCRIBE MAYUSCULAS)
¡Me alegra que te guste Fer! Yo creo que lo mejor que tienen este tipo de exposiciones retrospectivas completas es la posibilidad de ver muchas, muchas obras de toda la vida del autor, lo que te permite tener una visión global de cómo evolucionaban como pintores. Para mí pensándolo en perspectiva, lo que más me gustó de Braque fue lo mucho que creyó en su propio lenguaje, mucho más que ningún otro artista cubista. En, fin ven a tomar el café cuando quieras que ya sabes que siempre es un placer!!