Georges Braque

Publicado por el 9 Sep. 2014 en Arte, Blog, Museos, Pintura

Georges Braque

Este fin de semana he tenido la oportunidad de visitar el Guggenheim de Bilbao. Hacía años que no iba, y francamente lo echaba de menos, tengo grandes recuerdos y maravillosas experiencias vividas entre las paredes diseñadas por Gehry. Por desgracia sólo tenían un par de exposiciones. Algunas obras de la exposición permanente en la planta baja, y una exposición monográfica sobre Georges Braque. Francamente en un primer momento no me apeteció nada verla, al fin y al cabo es un autor que a estas alturas podríamos clasificar de clásico y yo tenía ganas de ver algo más moderno, pero al final me decidí por entrar y redescubrir la obra de uno de los pintores franceses más relevantes de todos los tiempos. La exposición es de primerísima categoría, como casi todo lo que se expone en el Guggenheim. La entrada es cara (11€ ya que una de las plantas, la tercera, estaba cerrada) pero en la línea de los grandes museos españoles. Por desgracia en el Guggenheim está prohibido hacer fotografías, algo que desde aquí no nos cansamos de criticar. Braque y el Fauvismo La exposición sobre Braque estaba fantásticamente bien organizada y diseñada, y mientras la iba recorriendo tenía cada vez más claro que era perfecta para escribir un artículo sobre ella. En 2013 se cumplían 50 años de la muerte del autor (1882-1963) y eso constituía una excusa perfecta para revisitarle. De familia de artistas, ya desde pequeño se entrenó en disciplinas pictóricas, y tuvo la oportunidad de conocer a grandes autores como Francis Picabia. Sus primeras obras son propias del aprendizaje, pero enseguida se siente poderosamente atraído por el fauvismo. Sus primeras obras relevantes dentro del estilo fauvista guardan grandes influencias de tres nombres propios: Derain, Matisse y Cezanne, este último por las formas toscas y duras, los dos primeros por el uso arbitrario del color y la separación del color. Conocía las obras fauvistas de Braque por verlas en fotografías, pero nunca las había visto en directo. Lo primero que me llamó la atención es la potencia del color. Esto me desconcertó, ya que la imagen que uno se hace de las obras de Braque es de un uso obsesivo de tonos grises y ocres. Luego explicaremos por qué es así, pero en este punto el color era todo vida y potencia. Lo segundo que me llamó la atención, es que si alguien me hubiese preguntado, habría afirmado con una cierta seguridad que las obras eran de Derain. Efectivamente ya aparecía el que para mí es el mayor defecto de Braque, y es que parece que sus obras siempre «respiran» demasiado el aroma de otros autores. Braque había elegido un lenguaje, el favista, y se expresaba a través de él, con unos resultados brillantes, sin duda, pero carentes de personalidad, carentes de autoría. Estamos hablando de obras de 1906 y 1907. En la exposición se podía ver una...

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